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miércoles, 28 de marzo de 2012

Entrevista a Jaume Mesquida radioaficionado


Los radioaficionados llegamos a ser un servicio, nos pedían incluso medicinas´






Jaume Mesquida, rodeado de sus emisoras en su casa de Manacor.
Jaume Mesquida, rodeado de sus emisoras en su casa de Manacor.  s. sansó
S. SANSÓ MANACOR Recuerden por un momento la sociedad de hace veinte años, su tecnología. Sin móviles ni internet, sin correos electrónicos ni whatsapp existían una especie de ´locos´ que se paseaban con walkie talkies por la calle, instalaban emisoras en sus coches y unas antenas mastodónticas rotaban sobre sus tejados. Eran los radioaficionados, por entonces prácticamente los únicos privilegiados que podían comunicarse de manera rápida y gratuita con Australia, Chile, Jordania o Alaska. Con los nuevos tiempos parecieron extinguirse. Pero la moda repunta y en Estados Unidos vuelven a ser un fenómeno social. Jaume Mesquida Jaume (Manacor, 1949) es el presidente de la Unió de Radioficionats de Manacor, uno de los seis que sobreviven en Balears. Pero él tiene un as en la manga: Rafa Nadal.

—¿Cuándo llegó el fenómeno a Mallorca?
—Hace unos 50 años que empezó en la ciudad bajo el nombre de Radio Club Cultural Manacor. Los primeros radioaficionados se reunían en el bar Ca Na Pereta de la plaza de ses Verdures. Francisco Sansó fue el pionero en Manacor y uno de los primeros en emitir desde Mallorca. Con el nombre actual y ya afiliados a la URE (Unión de Radioaficionados Españoles), hará alrededor de 25 años.
—Entonces ser radioaficionado era una forma de contactar con el mundo desde casa
—Había y todavía hay dos tipos diferenciados de radioaficionados, unos a los que les gusta hablar con otros continentes, con los confines más alejados de la tierra y a los que nos gusta a lo que yo le llamo el ´cacharreo´, o sea, ir probando la tecnología para ver hasta dónde se puede llegar con ella.
—¿Y todos sabían inglés?
—La cuatro frases hechas, nos pasábamos los indicativos para poder enviarnos las QSL´s que demostraran que habíamos entrado en contacto y poco más. Los radioaficionados tenemos un código clave; por ejemplo 73 significa "Besos y abrazos para ti y tu familia".
—¿El indicativo es como la matrícula?
—Algo así. Yo soy EA6VJ. EA significa España, el 6 es el número de las Balears y las dos o a veces tres última letras son aleatorias.
—O sea que puedo saber de donde es sólo con el indicativo
—Sí. Además, cada país va dividido por zonas: EA4 sería la zona de Madrid y EA3 la de Barcelona... España dispone de 9 zonas.
—¿Y qué es una QSL?
—Es como una especie de acuse de recibo, la prueba que confirma que has hablado con otro radioaficionado. Una postal personalizada y con el indicativo.
—¿Hay que examinarse para poder ser radioaficionado?
—En los años de auge había un examen cada tres meses en Telecomunicaciones, cerca del edificio de Gesa de Palma. Después se pasó a seis meses. Ahora si te compras el temario puedes examinarte cualquier día por libre.
—¿Tienen que saber morse?
—Antes sí, ahora ya no es necesario. Era complicado y ya ni los barcos lo usan para comunicarse...
—¿Cuánto daño les han hecho internet y los teléfonos móviles?
—Mucho. Los radioaficionados hemos pasado a ser sólo necesarios en caso de catástrofe, cuando la cobertura y las nuevas tecnologías fallan. Somos una especie de discos de vinilo, la opción escogida de los que a verdaderamente les gusta esto. Antes incluso era en algunos casos un servicio público, incluso nos pedían medicamentos desde países donde no tenían. En Manacor ha habido un bajón de más de un 50% de socios. Recuerdo que no hace tanto podías llevarte el walkie talkie al trabajo. Era algo tan común para nosotros como ahora lo es internet.
—¿Cuántos son actualmente?
—Unos 30 socios. En toda España actualmente hay unos 30.600 radioaficionados asociados. En 2004 eran 51.000.
—¿Hay futuro?
—Parece ser que sí. Los estadounidenses, que en estos casos siempre están un paso por delante han empezado a revalorizar esta forma de comunicación.
—¿Es una afición cara?
—Depende. Necesitas una antena y una emisora. Las antenas van desde los 16 o 20 euros que pueden costar las bipolo hasta los aproximadamente 3.000 euros de una antena directiva. Por otro lado el equipo va de los 800 hasta más de 6.000 el más caro.
—¿Por 16 euros que cuesta una bipolar podría contactar con todo el mundo?
—Así es. Se fabrica con dos cables de electricidad de 2,5 milímetros formando una uve invertida con diez metros por banda.
—¿Y los walkies no podrían ser los móviles del futuro?, la comunicación es gratis...
—No es tan fácil, hay que pagar la cuota de la URE, que está entre 80 y 90 euros al año, el alquiler del espacio del repetidor que debe estar en un lugar elevado...
—¿Dónde está el repetidor de Manacor?
—Uno en s´Ermita de Santa Llúcia y otro en Sant Salvador.
—Ahora han ´fichado´ a Rafa Nadal
—Estamos preparando un concurso para darnos a conocer. Hace unas semanas llegamos a un acuerdo con Rafa para que cediera su nombre y una de sus raquetas para sortear entre todos los radioaficionados del mundo que durante un mes contacten con cualquiera de los socios de Unión de Radioaficionados de Manacor. El mismo Nadal se encargará de elegir al azar la QSL ganadora, a cuyo propietario le pagaríamos el viaje para conocer a Rafa.

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